Aquí estoy, otro año más en este camino que comenzamos a recorrer juntos
y que por mucho que a uno le digan o piense, jamás se alcanza a imaginar lo
transformador que puede llegar a ser… Y lo feliz que me hace, sentir que cada
vez estoy más cerca de ti… más cerca de mi yo más íntimo.
Aquí me tienes, mi Cris, para seguir caminando a tu lado no como un sabio pollino,
pues yo en cambio sigo dando los mismos traspiés de siempre… y lucho por
evitarlos, porque no me gusta de mí todo lo que puede alejarme de ti.
No sabría cómo poder compensar los momentos amargos, y por eso mismo, hoy
no quiero mirar atrás más que para que puedas saborear nuestros momentos de triunfo.
Como aquella madrugada en que cada uno desde su habitación, miraba cómo el
cielo limpiaba el aire con su lluvia y bautizaba nuestra madre tierra para
preparar el día de nuestra boda… nada podía pararnos, porque al día siguiente uníamos nuestras vidas para siempre. Pero hoy además, quiero mirar hacia delante, ya
que lo mejor está por llegar… aún te debo una canción, aún nos quedan noches
bajo un cielo de estrellas, aún te debo una fiesta sin pensar, aún tengo que
llevarte a hacer surf (y a nuestros, ¡Kirikús!), aún tenemos que volver a
llegar a Santiago, aún tenemos que escalar montañas…y tocar el cielo con las
manos…y bajar al suelo y postrarnos ante el que sufre, y acompañarle…y dar la
vuelta al Mundo, y cambiar lo que está mal. Y reinventarnos una y otra vez,
hasta llegar juntos hasta Él, nuestro Dios, y nada, ni siquiera la muerte nos
podrá separar… te quiero, preciosa.
Y ahora me trago mi orgullo con un selfie en el que te mando un beso que, como
yo haría para estar a tu lado, recorrerá el mundo para llegar a ti… después de
estos 8 años y hasta el infinito...
No hay comentarios:
Publicar un comentario